Las aseguradoras están empezando a ofrecer la posibilidad de pagar las indemnizaciones por adelantado y en efectivo. De esta forma no sería necesario que un perito evaluara el coche accidentado en el taller para emitir la factura. Esta práctica, que es totalmente legal, beneficia a las compañías aseguradoras que se ahorran el 21% de IVA, ya que al abonar directamente la indemnización no se produce ningún servicio que deba ser gravado.
Los asegurados con más apuros económicos también se benefician en parte, pues muchos optan por hacer reparaciones en talleres no homologados que resultan más económicos. El asegurado que recibe directamente la indemnización no tiene el contraste del taller sobre la valoración económica realizada por el perito. En muchos casos, después de recibir el dinero no llegan a efectuar la reparación, con lo que el parque automovilístico se va deteriorando.